Varias fotografías de satélites y fotógrafos revelan el alcance de la contaminación textil vinculada a la exportación de ropa de segunda mano en el desierto de Atacama en Chile, América. Una ilustración de las consecuencias sociales y ambientales de nuestro consumo excesivo de ropa, que pesan sobre muchos países, desde Chile hasta Ghana.
En un área cercana al municipio de Alto Hospicio, en el norte de Chile, un basurero textil a cielo abierto sin control alberga ropa demasiado usada para ser revendida.

Compartida por SkyFi, una empresa estadounidense especializada en el acceso a datos de observación de la Tierra, esta instantánea muestra la extensión del sitio, casi tan ancho como el circuito de carreras de O'Higgins, de 1,8 km de largo, ubicado debajo, y la contaminación asociada a él. Chile se ha especializado durante cuarenta años en el comercio de ropa de segunda mano. En 2021, las estadísticas de prendas de vestir importadas desde aduanas registraron más de 46.000 toneladas.

Fardos que muchas veces acaban su vida en vertederos como el del desierto de Atacama, recogiendo unas 39.000 toneladas de residuos. Pero la cantidad poderosamente creciente de ropa de bajo costo de Asia desborda los circuitos de reventa y alimenta exponencialmente los sitios. Para gestionar estas verdaderas montañas de textiles, algunos de ellos son enterrados o quemados, lo que provoca la contaminación de las aguas subterráneas y del aire. “Nos sentimos abandonados. Tenemos la impresión de que nuestra tierra ha sido sacrificada. (…) Somos el basurero del mundo y todavía no hay conciencia para solucionar este problema”, lamenta Patricio Ferreira, alcalde de Alto Hospicio, entrevistado por AFP.
“El problema es que esta ropa no es biodegradable y contiene químicos, por lo que no la aceptan en los rellenos sanitarios municipales”, explica Franklin Zepeda, quien en 2018 fundó EcoFibra, una empresa de reciclaje que puede procesar hasta 40 toneladas de ropa/mes. Un esfuerzo que es bienvenido pero insuficiente para solucionar todo el problema.

60.000 toneladas exportadas a África
Chile es uno de varios países que enfrenta una explosión en la exportación de textiles de segunda mano, totalmente ligada al sobreconsumo de prendas de vestir en los países del norte. A nivel mundial, la producción se duplicó entre 2000 y 2014. Hoy en día, se venden 100 mil millones de prendas cada año según un informe de ADEME. “De media, una persona compra un 40% más de ropa que hace 15 años y la conserva la mitad de tiempo”, explican los autores. Como resultado, en Francia, Le Relais recolecta más de 1.800 toneladas de textiles por semana. Pero una vez depositados en los contenedores, el 6% se revende localmente como de segunda mano y el 55% se exporta.
En 2021, Francia envió 60.000 toneladas de ropa a países africanos: Ghana, un estado que se enfrenta a la contaminación textil. Cada semana, 15 millones de artículos inundan el mercado de Kantamanto ubicado en Accra, la capital. Aquí se compran balas para clasificarlas. La ropa en buen estado se revende, pero la que está dañada, especialmente la de la moda rápida, se envía al vertedero. Este es el caso del 40% de ellos. “Hace treinta años, este sistema permitía a la gente salir de la pobreza, sin embargo hoy ya no funciona, la ropa es de muy mala calidad”, relata en un reportaje publicado por el reportero David Adams, quien trabaja en el mercado.

Responsabilidad extendida del productor
Para la Fundación Gold, la situación, fuente de desigualdad y contaminación, entraría dentro del "colonialismo de los residuos", término utilizado para describir a "un grupo de personas que utilizan los residuos y la contaminación para dominar a otro grupo de personas en su país de origen". Para remediarlo, llama hoy a redistribuir la tarifa recaudada a través del mecanismo "REP" quien contamina paga (Ley n°2020-105 de 10 de febrero de 2020 relativa a la lucha contra los residuos y la economía circular, conocida como Ley AGEC) a los países y comunidades que gestionan el final de la vida útil de la ropa francesa en Francia, pero que desvían el problema de la eliminación final a terceros. Una solución también considerada por el gobierno chileno. Este último anunció que la industria textil del país pronto estaría sujeta a la ley de "Responsabilidad Extendida del Productor". Esto obligaría a las empresas importadoras de ropa a cuidar los residuos textiles y facilitar su reciclaje.
Representación de la "moda rápida" globalizada, estos basureros de ropa ubicados en medio del desierto de Atacama en Chile contaminan el aire y las aguas subterráneas de la región. Un problema de tamaño natural que es difícil de resolver.

Contaminación del aire y de las aguas subterráneas
Respecto a la acción de la municipalidad de Alto Hospicio, buscan sofocar un poco el flujo enterrando algunas de las prendas que por su composición química sintética podrían provocar incendios tóxicos. Pero ya sea que estén enterrados bajo tierra o al aire libre, su descomposición puede llevar décadas, contaminando el aire y las aguas subterráneas de la región.
Consciente del problema, el gobierno chileno anunció recientemente que la industria textil chilena pronto estará sujeta a la ley de "Responsabilidad Extendida del Productor". Esto obligaría a las empresas importadoras de ropa a cuidar los residuos textiles y facilitar su reciclaje.

Un estudio de la ONU de 2019 encontró que la producción mundial de ropa es "responsable del 20% del desperdicio total de agua en todo el mundo" y del 8% de las emisiones de GEI en el planeta.



Fuentes: www.novethic.fr/actualite/environnement/pollution/isr-rse/pollution-textile-au-chili-une-decharge-de-vetements-visible-depuis-l-espace-151559.html
Martin BERNETTI - AFP y Florine MORESTIN – Novethic.
Publicado el 07 junio 2023

y

https://www.novethic.fr/actualite/environnement/dechets/isr-rse/jeudi-photo-au-chili-des-montagnes-de-vetements-usages-en-plein-desert-150304.html
Martin BERNETTI - AFP y Mathieu VIVIANI – AFP.
Publicado el 11 noviembre 2021