Desde finales del siglo XIX se viene generando una serie de instrumentos internacionales y organismos internacionales como respuesta a las problemáticas humanitarias, en principio por cuestiones bélicas, que luego darían paso al desarrollo del sistema de derechos humanos que hoy conocemos. De esta manera se fue impulsando lo que devendría en un sistema penal internacional con multiplicidad de sujetos y jurisdicciones, donde destaca el concepto y la aplicación del Principio de Jurisdicción Universal, ya sea por tribunales internacionales como por los tribunales internos.
Más allá de la constante puja entre los distintos actores, que genera avances y retrocesos, hoy se ha llegado a instaurar de forma definitiva como parte del debate tanto la cuestión de las personas jurídicas como sujetos punibles, como la tipificación de las figuras de delitos o crímenes ambientales y económico-financieros.
Las personas jurídicas traen consigo un debate particular respecto a la influencia y gran impacto que tienen en la órbita de los derechos humanos por su rol actual en el concierto internacional, particularmente las empresas transnacionales. Parte de este debate es el hecho que el ordenamiento jurídico actual, interno e internacional, no contempla de forma eficaz las problemáticas que conllevan al ser estas entidades las violadoras de derechos humanos y menos aún el supuesto de punir dichos entes.
Asimismo, la agenda internacional ha empezado a poner cada vez mayor énfasis en: 1) la problemática ambiental, la vulneración del derecho a un ambiente sano que trae consigo la violación de múltiples derechos humanos; y 2) la aceleración y múltiples efectos de las crisis económico-financieras y las consecuentes violaciones de derechos humanos.
Personas jurídicas como sujetos punibles y la tipificación de delitos o crímenes económico financieros y ambientales están íntimamente ligados. Por ello, y dada su complejidad, resulta fundamental una mirada holística con un análisis transdisciplinario. Ese es en parte el nuevo gran desafío del derecho, unir sus distintas partes para poder resolver las problemáticas de forma realmente integral y no fraccionada.
Como propuesta, el concepto de Justicia Sustentable, basada en el concepto de desarrollo sustentable, un sistema de justicia que no solo sea atravesado transversalmente por la conciencia ambiental, como una especie de justicia verde, sino que aplique en cada elemento que lo compone, desde los principios hasta el proceso, el concepto de desarrollo sustentable, es decir el lado económico y social.