Relato de los hechos:

El día 13 de noviembre de 2002, día de tormenta en el atlántico, el Prestige, petrolero monocasco de bandera bahameña construido en el año 1976, propiedad de una familia de armadores griegos domiciliados en el Liberia hace una llamada de auxilio mientras pasa a 28 millas de las costas de Galicia. Su casco se ha roto y las 77.000 toneladas de fuel altamente toxico de sus depósitos se están vertiendo en el mar.

El accidente se transformó en catástrofe cuando el gobierno español se negó a poner a cubierto el barco. Varios días después del accidente, las autoridades intentaron remolcar el buque hacia alta mar, primero hacia Francia y luego hacia Portugal. Finalmente, el navío se partió por la mitad el día19 de noviembre diseminando el fuel que llevaba adentro por todas costas de Galicia llegando incluso a Portugal y Francia.

Los costes de la catástrofe alcanzaran los 4.400 millones de euros para España. Entre 115.000 y 230.000 pájaros murieron.

Las investigaciones, efectuadas por el tribunal de Corcubion, localidad coruñesa, tardaron 10 años comenzando el juicio el 13 de noviembre de 2012.

Procesos penales fueron abiertos solamente contra el capitán del petrolero: el griego Apostolos Mangouras, considerado como el principal responsable del naufragio, el jefe de las maquinas: Nikolaos Argyropulos y el único político implicado en el asunto: el antiguo director general de la marina mercante :José Luis Lopez Sors.

En el terreno civil, las responsabilidades se buscaron en la sociedad aseguradora del barco: la London Steam-Ship Owner, el Estado español, la sociedad liberiana Mare Shipping, dueña del petrolero y el armador Griego, Universe Maritime.

Incluso antes del juicio, el Ministro del Fomento del momento (Francisco Alvarez-Cascos) de quien dependía la decisión de alejar o no el petrolero de las costas consiguió eludir toda responsabilidad. Tampoco fue demandado el actual jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, vice presidente y portavoz del Gobierno de José-Maria Aznar en el momento del accidente.

La sociedad de clasificación, la American Bureau of Shipping (ABS) que le dio al Prestige su licencia permitiéndole navegar fue declarada inocente por un tribunal estadunidense, y la compañía petrolera fletadora del cargamento, la suiza Crown Resources pronunció su disolución antes de la apertura de las investigaciones.

El ultimo sobresalto de este interminable proceso ocurrió el 4 de julio 2014, cuando el tribunal supremo abrió de nuevo la puerta a la reclamación de daños a la aseguradora inglesa del Prestige, la London Steam-ShipOwners’ Mutual.

El Tribunal Supremo pidió que se le notifique la sentencia absolutoria de la Audiencia de A Coruña para que así la aseguradora, que es la única solvente pueda atender las reclamaciones de responsabilidad en la catástrofe.

La sociedad estuvo ausente de los once años de proceso: nunca se personó, sino que depositó una fianza de 22,77 millones de euros y que pagó los tres millones de fianza para sacar al capitán griego decárcel.

El Supremo, que empezó a tramitar los diecinueve recursos formados contra la decisión del 13 de noviembre de 2013 reclama que la empresa londinense sea citada y pueda personarse para defenderse. Ese trámite permitiría revocar la decisión de 2013 de liberar la firma de cualquier carga y por esa vía, lograr que pague la factura la aseguradora.